"Every step you take..."

Ahora sí voy a apestar al cuarto del abuelo, pero voy a dar un salidón del closet...

Soy ochenterísimo y setenterísimo.

Cierto, de la biodiversidad musical tengo mis preferencias. Desafortunadamente soy poppero de corazón, y me encanta la música "Latina", claro que sin llegar a las patanadas. El reggaeton y otras gatadas ni siquiera embonan en la definición de música. Abba es mi tentación embarazosa y de Madonna ni siquiera me atrevo a opinar porque no sería objetivo. Digamos que no puedo opinar de alguien que está unos metros por arriba de Dios.

Pero haciendo una reflexión a fondo de mis racks de discos, y de la música que pasa por mi cabeza cuando estoy ignorando a algo o alguien que no me interesa, el zumbidito es muy frecuentemente ochentero, aunque también setentero y un poco de "flower power".

Sonamos...

Cuando nomás no embonas...

Ayer estaba leyendo algo sobre criptozoología. Para los que no saben que es (yo no tenía ni idea) es la parte de la zoología que estudia animalejos extraños o de los que se conoce poco o de plano se duda de su existencia (como los unicornios y macanadas semejantes).

Pero también me topé con que esta rama estudia situaciones raras, como casos en los que los animales difieren en algunas características de sus congéneres, como el de la foto, un tigre azul que se ha visto en algunos lugares de Sumatra.

Ah, pues resulta que aquí entro yo, como el Chapulín Colorado.

Y es que a veces siento que nomás no embono, ni en mi familia, ni en mi trabajo, ni en la colonia, ni en el planeta. No se trata nomás de desembonar por desembonar. Eso es precisamente lo padre del asunto. Mi no encajamiento no es accidental, sino que es perfectamente planeado y es algo de lo que estoy orgulloso, aunque a veces desespera no tener a nadie en el mismo canal.

¿Hace sentido tanto no embonamiento?

Supongo que sí. Hasta ahora la llevo bomba.

Cuando la vida amerita un asalto al refri!

"Above all, life sucks. Just sometimes, things happen that make us forget that."
- Unknown


Hay ocasiones en que la vida amerita un verdadero asalto al refri. Y es que, ¿de qué otra forma se puede enfrentar un problema cuando ni siquiera se conoce cuál es el verdadero problema?

Tengo que reconocer que soy un poco propenso a la depresión. Sin embargo hay veces que la vida no ayuda. Ayer me puse a escuchar una canción de Soraya. Increíblemente motivadora. Lo malo es que por más motivación que tuvo la chava, acabó definitiva e ineludiblemente sepultada gracias al cáncer. Supongo que la motivación no le sirvió de tanto, ¿no?

Y luego, despiertas entusiasmado sólo para llegar a sumergirte en una pila de trabajo que no es tuyo, sino que te es heredado porque eres eficiente. Y cuando empiezas a enterrar las uñas en la pila, te las acaban aplastando con más tareas que te son heredadas, esta vez no porque eres eficiente, sino porque no hay nadie más que lo haga.

"Shout if you think we are overloading you", dice mi jefe. ¿Y qué creen que pase si verdaderamente grito? Dudo mucho que vaya a llegar una cuadrilla de colegas preocupados por mí a desenterrarme de mis tareas asignadas o que me condecoren con un reconocimiento. Al contrario. Sería el "gordito que no aguanta vara" o alguna mequetrefada semejante. Apechugo.

¿Mi único consuelo? ¡Llegar al refri!

Además de todo, la familia, la familia, la familia.

"Traitors Gate"

La Puerta de los Traidores

Recientemente fuí a la Torre de Londres.

Ahí me llamó la atención la entrada de lo que en su momento se llamó "La Puerta de los Traidores". Era el lugar por donde los traidores de la Corona Británica entraban para ser decapitados. Creo que no es una mala idea tener un lugar en el que se pongan e identifiquen a aquellos que han traicionado algún aspecto de la vida de uno. Desde aquél que decide ceder el paso en el Circuito para luego echarle el carro a uno al regreso del trabajo hasta aquél que se siente con el derecho de ofender con el pretexto de ser "un amigo" o un "familiar".

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